jueves, 10 de enero de 2013

Todo al 70%

Ya estamos casi a mediados de enero y es lo único que podemos ver en los escaparates de las tiendas. 
Rebajas, genial. Por fin podré comprarme esa camiseta que tanto me gustaba pero que me parecía tan cara. ¿O no?. A mis 20 años, a pesar de no haber seguido la moda más de lo necesario, no puedo decir que haya ido alguna vez "de rebajas", aunque sí que he visitado las suficientes tiendas con descuentos como para darme cuenta de que lo único que podemos encontrar estos días es ropa que no necesitamos.

Ahora todo nos parece perfecto, prendas que son una ganga, chollos hechos realidad. Mi visión es otra muy diferente: la mayoría de la ropa que podamos comprar en estos días (claramente hablo de mayoría, porque siempre hay excepciones) no la usaremos más que el primer día, que le quitaremos la etiqueta, orgullosos de nosotros mismos por haber encontrado ese chollo antes que otra persona, y luego la olvidaremos en el fondo del armario, porque al fin y al cabo, no es ropa que necesitásemos. 

Nunca entenderé el fanatismo por las rebajas. Que me corrijan los profesionales si me equivoco, pero creo que es un acto de socialización. Una tarde entre amigos, toman un café y a las rebajas, a gastar dinero en cosas inútiles. Y es que lo de las rebajas es un mundo. Un mundo que lleva años atrayéndonos y encandilándonos ¡y vaya si lo consiguen! Lo consiguen hasta tal punto de hacernos ir desnudos a una tienda para poder llevarnos alguna prenda hortera que yo, en mi sano juicio, jamás me pondría para salir a la calle. 

En fin amigos, no estoy criticando a las personas que deciden gastarse su dinero en estas cosas, cada uno es libre de gastarse su propio dinero en lo que le salga de las narices, no seré yo la que diga lo contrario, pero sí pienso que no se debería poner precio a las rebajas. Es decir, antes de que comiencen, los economistas se frotan las manos dándonos esas estadísticas que tanto les gustan. Ahora resulta que cada español se va a gastar una media de unos 80 euros este mes sólo en ropa. ¡Ya me están obligando a gastarme ese dinero para no salirme de las estadísticas! al fin y al cabo, no seré la única que se gaste esa cantidad, así me siento menos culpable. 

Así que mi consejo de hoy (aprovecharé para decirlo con todas mis buenas intenciones por todos los días que he estado sin pasarme por aquí) es que si vais a las rebajas, vayáis con la idea clara de lo que queráis comprar y, sobre todo, tengáis la fuerza de voluntad suficiente como para saber decir que no a lo que no necesitáis. Quizá sea más interesante gastarse esos 80 euros haciendo otras cosas que nos sirvan para algo. Yo, para no romper la media de gasto en enero, he decidido gastarme ese dinero en regalarme a mi y a mi abuela un viaje a Alemania. ¿Qué os parece? Mejor invertido, ¿no?

Por cierto, la camiseta que tanto me gustaba pero que me parecía tan cara, ahora no aparece por ningún sitio. La magia de las rebajas. 

Hasta aquí mi post sobre este tema. Y vosotros ¿sucumbís al consumismo?

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