
El problema, como siempre que salgo de casa, era la comida. Había leído bastante sobre el tema por Internet, todo lo pintaban muy bonito, pero la realidad es otra: en Inglaterra no es muy normal la alergía al gluten, de hecho, en la mayoría de sitios ni si quiera saben lo que es, les tienes que especificar que se trata de trigo y demás. En España, cuando salgo fuera y tengo que comer en algún sitio, siempre me queda la baza del McDonalds que, sorprendentemente, es el único sitio del que me puedo fiar 100%. Cuando fuimos a Londres, creíamos que también podríamos contar con ello. Nada más llegar, me fijé en que había un McDonalds cada pocos metros, por lo que no iba a tener problema en cuanto a mi comida.


Y un día nos atrevimos a entrar en un restaurante, una especie de Wok, llamado Wagamama, donde, según el famoso Internet, había una carta con menú especial para todos los alérgicos a cualquier componente. Allí fue donde me enteré de que la alergia al gluten no era nada frecuente, pues ningún camarero nos entendía, hasta que llegó una chica española y nos atendió estupendamente. Nos trajeron un carta donde venían todas las alergias (en este caso venía como trigo, y no como gluten) y al lado los platos que no se podían comer de toda la carta y los que podrían ser modificados. La verdad es que después de dos días comiendo bocatas en el hotel, comer sopa caliente nos sentó de miedo. Los platos que elegimos me disgustaron bastante, era como una cocina oriental y todo picaba mucho, pero con el hambre que teníamos, no nos dimos cuenta del mal sabor hasta que casi no quedaba nada en el plato. En cuanto a precios... creo recordar que por cuatro platos pagamos unas 40 libras y sobró bastante comida en la mesa.
En fin... como veredicto, volvería a repetir, pero me quedo con mi experiencia en Alemania, donde el gluten frei es más común que en Inglaterra.
Termino con mi pregunta: ¿vosotros qué echáis de menos cuando vais a otro país?
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